viernes, agosto 20, 2010

Otro inicio, mismo sentimiento. O lo que es igual, el inicio de la prepa y los mismos nervios de vispera.



Hace exactamente seis dias me encontraba placidamente en mi cocina disfrutando la clasica pelicula dominguera de cantinflas. Estaba acompañada por mi madre y hermana que preguntaban ansiosas si estaba nerviosa por mi ingreso a la escuela. Para ese momento admito que mis nervios estaban reducidos a -2 y que de lo que mas ganas tenia era de caer muerta en mi adorada cama donde hago mas que dormir. A las aproximadas 10 y media de la noche me retire a dormir. (Ya se, que teta, pero si no duermo 8 horas, simplemente, colapso) Oh sorpresa cuando todos mis pensamientos se arremolinaron en mis cansados parpados y las cosas menos imaginables me parecian una posibilidad; asi que en lo que despejaba mi apurada mente de tantos pensamientos el sueño se me acumulaba cada vez mas. Finalmente a las casi 12 de la noche me di la vuelta y cai en mi adorable mundo. Hasta que mas o menos a las 3 de la madrugada algo comenzo a molestarme y no sabia que era, estaba durmiendo de lo mas delicioso (raro que esta semana haya dormido tan bien a pesar de dormir tan poco, ahora que medito) y algo me molestaba hasta que mi cerebrito se despabilo y me indico que devia correr al baño antes de que me ahogara: asi que como embarazada de 8 semanas corri al baño y me deshice de mi cena de una manera poco ortodoxa. En vigilia regrese a mi amado colchon y me volvi a arropar.
Saben que es ese vomito sorpresa y las profundas reflexiones de horas son consecuencia de mi aparente "nerdes". Y uso ese termino por que cuando empeze la escuela el termino geek no existia, es mas ni pensado estaba; entonces soy una pequeña nerd por que desde hace poco mas de 11 años siento unas ansias implacables de el primer dia de clases. Y me siento casi casi apantallada que aunque ya sea una niña mas crecida que ahora gusta del rock indie, Frida Kahlo, Audrey Hepburn y un metalero en especial sigo sin poder dormir en la vispera de mi primer dia de clases y como parece que ya es tradicion me seguire poniendo terriblemente ansiosa hasta en la vispera de mi primer dia del doctorado. Ojala asi sea, y para entonces aun tenga algo de la pequeña que iba a un kinder en la del valle con una caja verde en cuya tapa habia una tortuga con lentes:

martes, agosto 03, 2010

Tengo 5 años.

Ahora noto que soy berrinchuda. Hago grande algo pequeño y brinco sobre el para que el mundo vea. Mas o menos, eso es para mi es un berriche marca Andrea.
Si bien dicen que hago algo pequeño enorme puede que para ti sea un grillo y para mi un dragon. Puede, o no. Bien dicen que me castigo con preguntas puede que para ti me martirice y para mi una profunda reflexion que duele (O, ya lo dije una vez, no me alcanza la inteligencia para explicarme y defendrme, y desde el hoyo en que me encuentro es mas facil estar de cualquier lado que no sea el mio).
Cuando hago berrinches me siento indefensa, entonces no me puedo defender y me siento en el hoyo de los sentimientos. Me siento en una confusion que rodea todos mis sentidos y no me deja pensar claro, que hace que olvide el tacto de una de tus manos en la mia y la otra en mi cabello, que olvide esa convinacion de Aqua y Malvoros rojo mezclado contigo que me tranquiliza, que olvide el sabor de tu lengua y tus labios sobre los mios, de dejar de oir tu voz que en cada tono dice cosas diferentes y no ver las millones de fotos que mi memoria toma como camara polaroid y guarda en todos lados. Olvido todo y me siento solita e idefensa.

Cuando hago berrinches se que nunca tendre la razon, que es una forma de sacar lo que siento referente a un fracaso de tiempo corto, largo o indefinido. De haberte lastimado sin yo saberlo o simplemente volver a cometer un error que prometi no repetir nunca jamas al ver el hongo nuclear que generaba. La verdad no es mi hit hacer berrinches pero a veces no encuentro otra forma de vaciarme. Generalmente lo hago por la noche para despertar nueva, repuesta y vacia.
Y hoy estou nueva, repuesta, vacia y lista para lo que venga.

lunes, agosto 02, 2010

En el verano no escribo.


Y la verdad devi hacerlo, tengo tanto que decir que (como todo el mundo) no se por donde empezar. Verdaderamente eh pensado mil y un veces con todo lo que implica sentarme y darle puntadas a mi querido cuadro blanco en el que me siento tan liberada. Tal vez pueda comenzar con el libro que lei y el que leo. El primero fue un pequeño diccionario de 650 paginas que te lleva a pasear a Noruega (o Finlandia, algun nordico) con un periodista recien condenado a la carcel por difamacion y contratado por un viejito obsesionado con una desaparicion; tiene pinta de detectivesco pero es todo menos eso, y de eso me convenci cuando llegan las no muy decriptibas escenas de sado-masoquismo. Habiendo acabado el libro me dieron automaticas ganas de leer la segunda entrega de la saga Millenium pero ya habia comprado otros dos tomos ajenos al autor y a Noruega. Ahora leo al japones que conquisto el viejo continente: Murakami. Es un libro que me dio ganas de leer por su contenido en tres temas de los que me agrada leer (muerte, amor y sexo) y por no haber visto el titulo en brazos una chica de la escuela a la que siempre eh creido, asi, sin escrupulos, zorra (Y que quede muy claro que no es por el hecho de dejar besos en las chamarras blancas de mi novio, si no el pasearse en diminutas camisetas de tirantes cuando el mundo lleva chamarra y embarrarle en la cara a todo ser viviente que orine parado el par de tetas que se acomoda con brasiere negro) El libro trata temas no sencillos que plantea de manera opuesta. Y es narrado con una calma que para mi es increible que no haya abandonado ya la ligeresa con la que pasan las cosas y la insignificancia de algunos parrafos. (Ya termine Tokio Blues, el resto de este post esta escrito otro dia) Me gusto. Todo menos el final, creo que el final para mi fue poco claro; la obra esta bien definida y los contrastes son claros pero conforme se acerca el final se vuelve mas confuso, es mas, pensandolo bien igual esa es la idea de Murakami.
Hoy me encuentro en la sala de mi casa pensando en el final del verano. La verdad soy una chica de invierno, no tengo nada en contra del verano pero el frio es lo mio. Lo que me gusta del verano tal vez son las vacaciones, la calma con la que pasa el mundo durante los tres meses que dura la estacion. Y ahora que ya compre todos mis utiles, y estoy ante la larga jornada de la forrada me siento lista para regresar a lo nuevo. Mi misma escuela, otra cosa completamente diferente: La preparatoria. No tengo miedo. Tengo ganas. Asi que, no escribo en el verano, escribo en el otoño, donde voy a contar mis nuevas aventuras. Misma niña mala, otro capitulo.