No me llevo con el, ni me explico a donde habia ido. Solo y con ayuda sus encantos me puso puntos en las heridas que el lobo me habia dejado en el brazo para volverme a depositar en su sotano. Eso fue lo que si me explico; creyo que yo iba a ser muy obediente como para quedarme en el sotano sin salir a ningun lado, asi que llamo a uno de sus millones de primos a que vigilara la casa por si "eso" se aparecia y pensando que yo era bien portada no le dijo que yo estaba en la casa y que atacara a todo el que se moviera. -Camilo quiere disculparse contigo- Asenti. No es que tubiera algo contra Camilo pero despues de la mordida le tenia un poco de miedo. -No hagas esa cara, no fue su culpa y si lo piensas bien fue mia, yo no le dije que una niña guapa andaba rondando el sotano- Sonrei y el sonrio conmigo. Se paro de la cama y subio la corta escalera para abrirle la puerta a Camilo que, sabiendo que yo le tenia miedo, se presentaba en su forma humana: Era caso tan alto y musculoso como Ferran pero al mismo tiempo se veia que rondaba los 17 años a diferencia de Ferran que tenia 19. Sus ojos eran azules y su cabello era del color de esos caramelos de mantequilla que tanto nos gustaban a Ferran. Se paro a los pies de mi cama viendome a los ojos. Tenia una mirada seria y prenetante que me tenia los pelos de punta. -Andrea, te pido que me disculpes y ojala un dia podamos ser amigos- Tenia una voz cautivante, daba gusto oirlo, y ademas, con esa voz como podia negarle el perdon. -Claro no te preocupes y ya que se que estas aqui podemos pasar un rato divertido- Miro a Ferran preguntandole con la mirada que tenia que contestar y el a la defensiva solo le mostraba su habitual sonrisa -Tengo una mejor idea- Dijo mientras lo veia sonreir por primera vez.
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