domingo, diciembre 07, 2008

Licantropia ante mis ojos (parte #7)


En todo el tiempo que Ferran se tardo en regresar a mi me dio tiempo de hacer varias cosas, entre ellas desayunar, bañarme...sola, peinarme, pintarme las uñas y revisar mi mail, que como siempre estaba saturado de cadenas deseadoras de mala suerte y revisar los multiples rasguños que tenia por todo el cuerpo. Sonó el timbre. Corri hacia mi balcón y al ver la vista hacia abajo ahi estaba con mi chamarra negra, mi favorita y un ramo de flores. Me volteo a ver y me sonrió. Le sonreí de regreso. Salí corriendo escaleras abajo mientras veia a mi papa abriendole la puerta a mi novio, el licántropo. Tropezé con mis propios pies a la mitad de la escalera, cerre los ojos esperando caer al suelo en cualquier momento, pero en vez de aparecer en el suelo, aparecí entre los brazos de Ferrán. Ni siquiera entre sus brazos abrí los ojos. -!!Andrea¡¡ ¡¿¡estas bien?!?- mi papá, evidentemente muerto de terror de verme volar por los aires, me gritaba como si eso me hiciera abrir los ojos. Sentí como Ferrán se sentaba en las escaleras y le pedía a mi papa que se calmara, que no me pasaba nada. De pronto sentí su dulce voz en mi oido: -Andrea, mi vida, enseñame esos ojos para saber que estas bien- comenze a reirme, sin abrir los ojos, imaginando la cara de asesino que mi papa puso al oir a mi supesto mejor amigo piropeando mis ojos y diciendome "mi vida". Abrí los ojos y vi a toda mi familia mirandome fijamente, Ferrán me sostenía en sus brazos y no pretendia soltarme, -Estoy bien- dije, mientras me desprendia del abrazo de lobo de mi novio. Cuando estuve parada mi familia y mi novio seguían mirandome fijamente, finjí ingnorarlos y me dirijí hacía el espejo colgado en la pared de la sala para ordenar de nuevo mi cabello, cuando regresé solamente quedaban mi papá y Ferrán, el cual se sitió atrás de mi y susurro a mi oido -Yo me encargo- asentí obedientemente con la cabeza, si el se iba a encargar de decirle a mi papa que eramos novios yo no iba a decir ni pio. -Bueno señor- comenzó -solo vine a decirle que como usted sabe hace mucho tiempo que soy amigo de su hija, y hemos decidido llevar esto a otro nivel- Sólo se nos quedo viendo, sin decir nada -Solo vengo a pedirle permiso para poder salir con su niña de vez en cuando- dijo sonriendo -Claro, pero si me llego a enterar de que le paso algo por TU culpa o TU le hiciste algo...- -¡papa!- exclame -Ok, pero ya tendré que hablar contigo para establecer unas cuantas reglas- dijo mientras se iba caminando hacia la cocina. Se volvió hacia a mi y dijo -Estas blanca, ¿a poco te asustaste tanto?- -No, nada- dije en tono sarcastico -Vamos arriba, me frikea estar aqui, tan cerca- Se rió de buena gana mientras me agarraba de la cintura -Por favor no te caigas- -Lo intentaré- Cuando ibamos a la mitad de la escalera me soltó y en un salto regreso a la planta baja -Olvide tus flores y tu chamarra- dijo mientras recojía las rosas y mi chamarra del suelo. Subió en un segundo y retomo su posicion atras de mi, esta vez con una mano en mi cintura. Cuando llegamos a mi cuarto cerre la puerta con seguro, mientras el ponía las flores sobre mi escritorio. Me puse detrás de el y comenze a pasarle las manos por la espalda y el pecho -Te extrañe mucho, te dije que no dejaras sola a tu niña y aún asi te fuiste- Se volteo y puso su cara frente a la mia -No eres la única que sufre niña mala, el cachorrito se puso nostalgico cuando entró a su cuarto y no estabas tu, desnuda, sobre mi cama- -Lobo pervertido -Niña mala-

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